Hoy y mañana, los mismos deseos
Hoy escucho como mi hijo se resiste a dejarse vencer por el sueño mientras me siento a escribir. Mañana nos vamos a Kenia los dos. Un sueño con todas sus letras: s(sereno) u(único) e(emocionante) ñ(entrañable) o(ofrenda). La siento en cierto modo como mi primera vez en África, aunque haya estado en Marruecos y en Sudáfrica.
Todas las navidades fuera de nuestros hogares madrileños y zaragozanos, las primeras. Pero, ¡qué paradoja! más dentro de nosotros que nunca. Y acompañados por parte de nuestra alma.
Y los tiempos que se conjugan en mi vida: un tiempo de búsqueda que toca a su fin, un tiempo presente de consciencia y amor y un tiempo de espera que comenzó hace ya un tiempo. Una espera llena de gozo.
Y la rabia que se fue, la paz que se adentró. «Ese amor que me salvó haciéndome frágil y un fiarse para saltar sobre el vacío elegido»
Creo que no habrá palabras en unos días, pero prometo relato después. Aunque sé que los viajes son iniciáticos (sabes como sales, pero no como vuelves). Y éste más. Un antes y un después. Intuyo que volveré cambiada. Por no hablar del privilegio de poderle ofrecer esto a mi hijo con 6 años.
Mientras tanto, a quienes me leéis os envío un abrazo cálido. Y para el nuevo año, sigo deseando lo mismo una y otra vez. Para todos y cada uno de vosotros, para mí misma, que elijamos siempre la alegría y no la tristeza, el valor y no el miedo, el amor y no la indiferencia. Porque hace falta elegirlos. Como opciones conscientes que van dando forma a nuestras vidas cada día. Hay que atesorarlos y paladearlos en cada paso del uno al diez, como decía Juan Diego Botto en «Un trozo invisible de este mundo» (¡qué regalo para este año!).
Y una última palabra: gracias. Gracias por estar ahí, por leerme, por seguirme, por sentir que lo que digo tiene sentido y con ese sentimiento dar sentido a lo que escribo. Gracias de corazón.
Os deseo una alegre navidad, valiente año, amoroso todo.
Pepa
Kenia!
Qué grandes recuerdos, qué maravillososo paisajes, qué contraste con parte de miseria…
Disfrutad
Feliz Navidad Pepa. Que disfrutes ese viaje con tu hijo. Y en cuánto a tu mensaje, es perfecto, pudiendo elegir,elijamos siempre lo mejor de nosotros mismos por nosotros y por los demás.
Un beso enorme.
Recibid con agradecimiento y alegría todas las maravillosas experiencias que vais a vivir y disfrutar estos días.
¡Felices Navidades keniatas!
Abrazos a los dos.
Feliz Navidad a ti y tu hijo. Que tengáis un feliz y estupendo viaje. Ansiosa por leer tus palabras a la vuelta. Con todo cariño y admiración.