Un poco de mi caos
Llevo bastantes días sin escribir. Pero es que la vida corre más que yo últimamente, y mira que yo soy rápida! 😉
Estuve dos meses viajando sin parar y contaba con diciembre para descansar, pero no ha sido así. Están pasando muchas cosas, así que voy a escribir un poco de mi caos.
MÁS ESPIRALES
Las espirales son una constante en mi vida. Ahora lo son porque llamamos así a la consultoría de infancia que creé con mis compañeros de manera consciente por estos motivos. Pero elegí ese nombre también por mi propia experiencia vital. Y es una vivencia cada día más potente. La sensación de volver sin regreso, de avanzar por caminos ya conocidos pero nuevos, de relaciones que se alejan y vuelven a mirarme, a tocarme y a llamarme, de adioses que al principio parecen triviales pero que me llevan a viajes desconocidos…
Una de las espirales constantes en mi vida de los últimos años es la magia, que tiene mucho que ver con la cocina a fuego lento, con la confianza, con la apertura, con aprender a mirar…una magia que cada día que pasa va teniendo rostros y vivencias nuevas diferentes pero que me devuelven a las mismas certezas.
Volver de forma nueva. Caminar lo remoto como si ya lo conociera. Extraño pero muy bonito.
CÓMO SE SIENTE MI HIJO
Todo el mundo comenta que mi hijo ha dado un cambio. Yo también lo creo. Ha cambiado como cambian los niños y cambiamos los mayores, vestido el cambio de cotideanidad cuando es trascendental y vestido de importancia cuando en realidad son cambios triviales. Pues éste es de los cotideanos/trascendentes. Decidió dejarse el pelo largo. Fue la primera decisión que tomó sobre su aspecto físico, que hasta entonces le daba más o menos igual. Y debajo de esa decisión, se esconde un pequeño universo.
El otro día su profesora me llamó. Él estaba enfermo y tiene una profe de esas maravillosas que llama para ver cómo está y que se queda con él hasta que tú llegas a buscarle porque está con fiebre aunque se tuviera que haber ido. Y aprovechó para contarme algo que merece relato. En la asignatura de alternativa (qué poco me gusta ese nombre! alternativa a qué o para quién?) están haciendo un programa de educación emocional impagable. Y la semana pasada trabajaron cómo se sentían los niños y niñas en el mundo, ante la vida. Y allá fue José y dijo: «yo me siento alegre, agradecido y en paz» Y dejó muda a la profe y a toda su clase.
Esas formulaciones son mías, porque a estas alturas José y yo nos parecemos tanto, tanto que cualquiera diría que compartiéramos genes, pero él las eligió y las hizo suyas públicamente. Y a mí se me saltaron las lágrimas al oírle a su profe narrarlas. Por lo demás, seguimos peleando con las restas con llevadas y con atender o no en clase 😉
RABIANDO
Hace dos años escribí un post sobre la rabia. Lo llamé «Escuchando mi rabia«. Lo narraba como un camino realizado. Pero nunca lo son. En las últimas semanas alguien me removió rabias antiguas y no tan antiguas, y me ha hecho tener pocas o ninguna gana de aguantar y de callarme.
Así que ando rabiando con consciencia y muchas sonrisas surrealistas. Peleada con algunas máquinas y con algunas personas. Con lo que dices o no dices o se supone que dijiste o lo que otros dicen que nunca escuchaste. Rabiando de mi manera de elegir. Porque al final soy yo. Yo la que elijo. Yo la que me entrego. Y llegado el caso, yo la que me equivoco. Así que toca asumirlo y seguir. Y rabiar un rato.
LAS NAVIDADES
Soy una sentimental y sin «propósito de enmienda». Siempre lo fui. Y sigo empeñada en celebrar. Así que cada año celebramos dos fiestas, el cumple de mi hijo y el mío, y por navidad envío un crisma a mi gente. Un crisma en el que busco una foto que refleje para mí el año, escribo un texto que resuma lo que ha sido más importante para mí, lo monto y luego lo personalizo. Parte los mando por mail y parte impresos. Total, un trabajazo. Este año me asaltó la duda de si colgar el texto en este blog. Pero aún enviado a mucha gente, sigue siendo demasiado íntimo para ello.
Pero voy a acabar este post con una pequeña partecita de mi crisma 2013 para daros las gracias a todos y todas los que estáis al otro lado de esta página, los que me enviáis comentarios. Sois mucho más importantes para mí de lo que a veces puedo expresar.
Gracias de corazón. El crisma de este año lo llamé «Aprender a esperar». Porque de eso ha ido este año para mí. De aprender a esperar.
Aquí os lo dejo:
APRENDER A ESPERAR
Es un arte vivir acompasando los tiempos del alma, del cuerpo y de la vida.(…)
Pasear la mar en invierno..el frío en tu rostro…
mientras tus pies desnudos atesoran el calor de la arena.
Los tiempos de la intemperie inevitable. Y de cada decisión…
ambos ponen a prueba la resistencia del alma.
Aprender a entregarse.
Sentir esa luz dentro que ya no se va con la locura.
Aprender a esperar.
Aprender a confiar.
Aprender a amar.
Pepa, cuantos sentimientos y emociones, como dices tu y tu hijo, que con la edad que tiene es muy inteligente.
Estar alegre,agradecido y en paz, es lo mas bonito que nos puede pasar en esta vida.
Te deseo que disfrutes a tope estas fiestas Navideñas junto a tu familia y seres queridos.
Un beso enorme guapa.
Querida Pepa, ya estaba echando de menos tus historias y ésta me viene que ni pintada. Llevo dos años en proceso de adopción en Bolivia, creo que me contagié con tu historia ;). Hace 15 días supimos que la personita, nuestro hijo, ya tiene nombre y ahora seguimos aprendiendo a esperar…Eres mi inspiración y mi motivación y no sé cómo lo haces estando tan lejos y a la vez tan cerca, que siempre tus escritos me llegan en el momento justo, como regalos no esperados. MIL GRACIASSSSSSSSSSSSS
Ainhoa! Que alegría me das más grande! Que emocionante! Recuerdo esos momentos como algo único en mi vida, felicidades, no te imaginas el amor que va a llegar a vuestras vidas, abrazos para los dos!
Y Joaquins, gracias de corazón y feliz Navidad para ti también.
Pepa