Sostener

19 octubre 2014
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Una de esas citas de la biblia que se me quedaron prendidas al alma y que he mencionado aquí algunas veces es la que empieza diciendo: «hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol: un tiempo para nacer, un tiempo para morir, un tiempo para sembrar y un tiempo para cosechar..un tiempo para reir, un tiempo para llorar…un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse…un tiempo para ganar y un tiempo para perder…» Es del Eclesiastés capítulo 3. Es uno de esos textos que llenan el alma.

Pues mi tiempo ahora es un tiempo para sostener. Y las palabras a veces son de una sutileza que merece mirada detenida. Porque sostener no es acompañar, aunque un poco sí, no es contener, aunque mucho también, no es comprender, porque no siempre…

Para mí sostener es un poco acunar, un mucho cobijar y una inmensidad estar centrada. He tenido muchos momentos en mi vida de «tiempos de sostener», pero pocas veces he sido tan consciente de mi vulnerabilidad y mi pequeñez como éste. Cuando te piden que seas una gigante que venza a los gigantes, una hada que llene de magia la tierra y el calor que haga esfumarse el frío.

Pero ya lo dije una vez aquí, hay gigantes a los que ni con todo tu amor logras vencer, eres maga pero consciente de que la magia funciona con reglas inciertas y hay fríos que se escondieron tan dentro y tan pronto que apenas llegas a tocarlos a través de su piel.

Así que toca quedarse quieta y hablar o callar según el caso, abrazar horas y horas, tomar de la mano y creer por los dos. Y saber, como le decía hoy a un amigo, que hacer eso conlleva un grado de soledad indescriptible, porque nadie sino tú puede hacerlo, porque es a ti a quien necesita, porque eres tú quien es reclamada.

Y a veces sabes hacerlo, y a veces no. A ratos te hiere, a ratos te conmueve y a ratos te ilumina. Y todo eso junto en un mismo tiempo, en un mismo verbo, en un mismo hogar.

Y recordar, como dice la biblia y como dice mi tía, que «esto también pasará», que no es más que uno de los tiempos, que no lo es todo, que no es siempre. Simplemente es lo que toca ahora, mientras estamos en camino. Lo demás, en este tiempo, es secundario.

Y acabo con un poema maravilloso de Carlos Salem con el que me he despertado hoy, que habla de otro tipo de sentidos, pero sentidos al fin y al cabo:

«Despierto.

Respiro.

Te siento.

Sé que estás y me esperas

que las mañanas tienen un motivo

y yo lo tengo contigo.

Respiro.

Deseo.

Respiro»

 

Feliz semana.

Pepa

7 comentarios a “Sostener”

  1. Maravillosa, como siempre, pero además hoy has sido providencial. Me ha tocado tiempos durísimos de sostener y es cierto lo que dice tu tía, esos tiempos pasan, pero yo ya empiezo a notar el desgaste de tantos años siendo sostén… a veces vendría bien un relevo, o recibir un poquito de lo que has dado… porque a veces los gigantes se quedan sin resuello, las hadas sin magia y el calor se templa…

  2. Una vez más gracias mil por tus palabras y por tu generosidad al compartirlas.
    Siempre que puedas sostén pero no sujetes, ese camino le corresponde a cada cual. A mí me ha llevado mucho tiempo descubrirlo…

  3. Hola de nuevo Pepa,
    ¿Existiría un no tiempo? Un tiempo de espera pero sin saber qué esperar en concreto…Un «entretiempo». Al igual que se habla de los no lugares, ¿podria ser?
    Que difícil es ser «fuerte», parecer fuerte, y tener que convivir con la debilidad humana propia.
    Precioso post.
    Un abrazo.

  4. Pepa, como bien sabes, pasar tiempo juntos como elemento imprescindible para sostener…desde que soy madre, me he dado cuenta que todos los tipos de tiempos pasan, llegamos a vivir cosas que no pensábamos, y lo peor (o lo mejor) es que muchos se olvidan porque siguen apareciendo otros nuevos, y… no podemos sostenerlo todo, pesaria demasiado. Un abrazo grande!

  5. Gracias… por existir y ser tú. Un gran abrazo

  6. A todos: Mil gracias por las llamadas, ecos y mensajes.
    Antonio, gracias a ti, a Rosana y Ariadna por iluminar mi vida.
    Herminia, tienes razón, el tiempo no vuelve 😉
    Sacra, la fortaleza va y viene, y reconocerse en el espejo en ambas situaciones es todo un aprendizaje, al menos para mi.
    Belén, me quedo con lo de no sujetar, es buenísimo.
    Patricia, gracias por tu mensaje. Me sale decirte que a menudo atrever a pedir es una conquista.
    Un abrazo inmenso,
    Pepa

  7. Y hoy a mi todas tus palabras me han llenado el alma y algo más….
    Era lo que hoy necesitaba saber, era lo que hoy necesitaba oir…
    Que lo que está pasando es sólo un tiempo.
    Y que en mi mano está pasarlo y disfrutarlo lo mejor que pueda o sepa.
    Un abrazo enooooooorme

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