El aire en los últimos tiempos parece removido, el del mundo en general y el de mi vida en particular. Da vértigo y me hace volver a mi fragilidad.
Mi primera escapada de vacaciones fue a Cartagena a pasar unos días con una amiga entre la playa y los conciertos del festival «La mar de músicas» que se celebraba en la ciudad. Me hacía muy feliz estar con ella y habíamos elegido tres conciertos, los primeros de dos de mis cantantes favoritas y el tercero como una apuesta.
Desde el primer minuto hasta el último de esa semana nada salió como esperaba. Y utilizo el relato de aquellos conciertos para inaugurar este blog renovado. Espero que veáis por qué.
VALERIA CASTRO, LA DIGNIDAD EN EL DOLOR
El primer concierto era de Valeria Castro, una cantautora que logra ponerme la piel de gallina con sus letras pero a la que ver en vivo me emociona aún más. Pero no me imaginaba lo que encontré. Su abuela, a quien ella quería especialmente, había muerto hacia tres días y era el primer día que volvía a cantar, además de estar enferma, ronca y con fiebre.
Es un concierto que nunca voy a olvidar. Porque la dignidad que mostró, ese desgarro que llevaba por dentro y le salía en la voz, a ratos en el llanto y a ratos en la fuerza con la que se levantaba del suelo o pedía ayuda a la chica que le acompañaba cantando cuando no podía llegar o cómo bailaba..no puedo explicarlo.
O sí, sí puedo. Porque ese desgarro lo conozco, lo he vivido y lo he visto demasiadas veces. Lo que no siempre se ve es la dignidad en el desgarro. Es esa fuerza que sólo se tiene cuando se ha sido amado o amada. El amor no salva, pero sin amor no te salvas. El amor es lo único que vence a la muerte. Permanece y envuelve.
El día anterior al concierto, un niño al que quiero y que es de esos que sostienen su dignidad sobre la certeza del amor de su padre, me había preguntado si yo creía en Dios. Y yo traté de contestarle «con cariño y con cuidado», que es el titulo del primer disco de Valeria Castro por el que me enamore de su música. Le hablé de la certeza del amor y de la imposibilidad de demostrarlo. Algo que se siente y se sabe verdad pero no se puede ver ni probar ni falsar. Esa tarde me preguntaron él y su hermano muchas, muchísimas cosas y todas sus preguntas estaban llenas de una verdad y una dignidad que sólo alguien que conoce el amor y el desgarro puede hacer. Y yo me acosté con el alma conmovida, igual que después de ver la dignidad y el amor y el desgarro de Valeria Castro.
Porque esa es una de las muchas cosas de las que no nos hablan suficiente: que el amor conlleva desgarro, que la vida no es justa, de hecho es cruel, pero también gozosa. Y que la única forma de vivir de verdad es tomar las dos caras de la moneda. Sólo se ama de verdad si se asume la pérdida, el miedo y el dolor. Ahora mismo tengo varias personas queridas asumiendo el desgarro, el miedo y la pérdida. A veces llega anunciado, otras llega inesperado. Pero todo lo demás queda relegado. Y toca la presencia.
Valeria Castro nos cantó el desgarro aquella noche y yo me sentí honrada por aquel regalo de alma, casi tanto como por las preguntas de la noche anterior.
SILVIA PEREZ CRUZ Y SALVADOR SOBRAL, EL CONCIERTO QUE NO FUE POR LA LLUVIA
Dos canciones pudieron cantar antes de que la lluvia nos inundara. Dos bellísimas canciones. Salieron a cantar sabiendo lo que pasaría, estaba anunciada la lluvia solo y exclusivamente durante dos horas aquella noche. Las dos horas del concierto. Fueron las únicas dos horas que llovió en toda la semana que estuve en Cartagena.
Hace 16 años que empecé a escribir en este blog. Era el año 2009, empezaba el proyecto de Espirales CI y mi hijo tenía 3 años. Una eternidad. Y hace unas semanas este blog desapareció. Alguien lo bombardeó y de repente no estaba o a ratos estaba lleno de anuncios de lavadoras, no sé cuál de las opciones era peor. Fue como si alguien me robara en casa, porque ésta es mi casa. Virtual, pero es mi hogar también. Así que pedí ayuda y salvaron este blog y a mí con él, pero eso me hizo ver la necesidad de renovarlo, puesto que su antigüedad lo hacía vulnerable.
Y ésta es mi primera entrada en el blog renovado. el blog y yo somos los mismos pero somos diferentes. Por eso los colores, formas y diseño son similares al que existía, pero al mismo tiempo todo es nuevo.
En la vida pasa. Las únicas dos horas en las que llueve son las de un concierto que anhelabas. Un blog desaparece. Cancelan un vuelo. Te roban el coche o se lo lleva la grúa o ambos. Se equivocan en los papeles y te meten en un lío. Eso y muchas más cosas me han pasado solo este mes. Cosas que al final no son importantes, pero tienen valor. Y la diferencia la marcas tú al decidir cómo afrontarlo.
Silvia Pérez Cruz y Salvador Sobral salieron y cantaron a capella, de hecho nos hicieron cantar a todo el auditorio. Sostuvieron la frustración colectiva y demostraron su grandeza como artistas. Y pidieron ayuda. Porque al final la lluvia de la vida te enseña a eso, a pedir ayuda. Te lo enseña si estás dispuesta a aprenderlo, claro. Pedir ayuda para que te rescaten de un aeropuerto, para que te recuperen un blog, para que te alojen de forma inesperada. Incluso para que te abracen. Sobre todo para que te abracen. Porque entonces compruebas, una vez más, que la red sostiene y salva. Es hogar. Y se puede hasta cantar bajo la lluvia si cuentas con un abrazo que te cobije.
GUITARRICADELAFUENTE Y MAESTRO ESPADA. EL CONCIERTO QUE NO ESPERABA
Y el último concierto en aquella semana era el de Guitarricadelafuente. Alguien a quien yo había escuchado poco pero su tono intimista y su desgarro con la guitarra me encantaban. Sabía que había sacado disco nuevo y no lo había escuchado. Y además traía de teloneros a Maestro Espada, un dúo que yo no conocía.
Este concierto sí fue. No hubo lluvia ni desgarro. Hubo una potencia increíble y tres horas y media de un concierto poderoso pero de una música muy diferente de la esperada y que no llegué a disfrutar. La gente vibraba y a mí me admiró la fuerza del cantante, pero su estilo había cambiado completamente.
Así que merece la pena acabar por aquí. Por lo que significa renovarse, cambiar, arriesgarse. Un artista crece y se transforma y por el camino hay gente que le sigue emocionada y gente, como yo, por suerte la más escasa en este caso, que se pierde por el camino. No se me ocurre mejor final para esta primera entrada de la segunda vida de este blog. La vida es cambio, ya lo dijeron los filósofos en la antigüedad y lo dicen en el sureste asiático cuando se refieren a su río, el Mekong. Ellos dicen «el Mekong siempre fluye y fluye en la misma dirección». Hagas lo que hagas, el cambio es la constante y tienes dos opciones, fluir con el río o tratar de nadar contracorriente. Y volvemos a la confianza. Confiar en la vida, sobre todo cuando la vida hace daño. Ser capaz de volar cuando tiemblas. Confiar.
Aquí seguiremos mi blog y yo si queréis visitarnos. Porque el diseño (qué maravilloso trabajo han hecho Valeria y Carlos) cambia pero la esencia de mantiene. Este blog habla de mostrarse vulnerable, pedir ayuda y confiar.
Gracias por seguir aquí. Dais sentido a este hogar.
Pepa