Vivencias

30 septiembre 2019
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En mi vida hay una constante. Cada cierto tiempo me llegan regalos, algunos más inesperados, otros que podía intuir, pero que siempre me conmueven. Muchos de esos regalos me llegan de mi gente amada. A veces es un amanecer compartido, otras una frase o una caricia. Muchos se encarnan en el rostro y la sonrisa de mi hijo. Pero en mi caso tengo el privilegio de que muchos otros me llegan a través de mi trabajo.

Esos regalos sirven para adquirir la verdadera dimensión del camino, de cada paso, decisión a decisión, que he tomado en mi vida profesional. Creo en el valor de lo que hago. Lo vivo. Lo hago mío. Y, para bien y para mal, eso se nota. Por eso mi trabajo se vuelve vivencia. Y privilegio.

Llevo muchos años trabajando en el ámbito de protección infantil y el desarrollo afectivo de los niños, niñas y adolescentes. Tratando de promover redes, puentes y enlazando mundos. Mundos en los que el amor y el cuidado vayan de la mano, donde el amor no se dé por supuesto sino que se convierta en rutina cotidiana, mundos donde los límites tengan que ver con la seguridad y no con el miedo. He intentado siempre hacer comprensible lo difícil, hacer corporal y concreto lo abstracto, y sobre todo hacer visible el dolor y el amor invisibles. Todo eso es para mí mi trabajo. Y más.foro_educacion212

Pero no siempre me paro a pensar en el significado de lo que hago, en su relevancia. Tengo claro su sentido, y sigo adelante. Me llena, lo vivo. Con eso me basta. Hasta que llegan días como el del Congreso «Hablemos sobre educación» que se celebró aquí en Palma, en la que ya es mi roqueta, hace dos sábados. Lo organizaba una mujer increíble, Cristina, que se merece formar parte de esta entrada sólo por su capacidad de mover y remover, de ordenar e impulsar, de ver en el detalle pero sin perderse en él. Cristina hizo posible esa sala llena de 1700 personas, y esa luz, y esa energía que hubo allí.

Nunca había hablado para tanta gente. Al menos no siendo consciente de ello como lo fui ese día. Y hacía tiempo que no estaba tan nerviosa por una conferencia. Y no porque no tuviera claro lo que quería decir, sino por la consciencia de su significado. Hablé de las vivencias, de cómo educamos en lo que vivimos, no en lo que decimos ni en lo que hacemos. Y cómo lo que vivimos tiene más que ver con nosotros mismos que con nuestros hijos e hijas. Tiene que ver con nuestro cansancio o nuestro miedo, la capacidad que tengamos de poder cuidarnos, la integración que logremos de nuestra historia de vida y la red de apoyo que construyamos.

Pero para mí ese día estuvo lleno de vivencias de las que no se ven, pero que merecen relato aquí en este blog que es también mi hogar.

Les pedí a mis amigos que estuvieran, aunque no los pudiera ver entre tanta gente, pero sabía que estaban ahi. Miraba al escenario y pensaba en la cantidad de amor que había en esa sala. En las amistades tan increíbles que he construido en tan poco tiempo de vivir aquí. También en la gente que me sigue, que me lee, que ya me para por la calle para emocionarme. Esta isla, que es la suya, y es también ya mía, está llena de amor para mí. De amor y mar. Esa energía de amor no se veía pero era real. Flotaba en el aire de esa sala.

foro_educacion105 Luego, al acabar, nos fuimos a comer al mar. Y reímos, y pasamos calor, y simplemente celebramos. Porque tocaba celebrar, había mucho por celebrar.

Estaba nerviosa y se lo conté a mi hijo. La noche anterior a la conferencia la conversación había sido así:

 

¿Estás nerviosa, mami?

-Sí

-Pues te voy a decir cómo tienes que empezar y todo te irá bien. Primero dales las gracias, porque son mucha gente la que va a ir a verte, y merecen que les des las gracias. Y luego diles la verdad, diles que estás nerviosa, que nunca has hablado ante tanta gente y que estás nerviosa. Ellos te entenderán y a partir de ahí todo irá solo.»

Le hice caso. Ese fue mi comienzo. Hablábamos de educación, y de vivencias. Y de la capacidad de como madres, padres o educadores tenemos de mostrar nuestra vulnerabilidad, aceptar nuestros miedos sin perder por ello nuestro rol protector. ¡Qué mejor forma de empezar podría haber que reconociendo mis propios nervios!

foro_educacion130Pero hubo mucho más. La hora esperando detrás del escenario para salir. Los nervios, la profesionalidad increíble de quien gestionaba el auditorio. La vulnerabilidad de quien organizaba el acto. Y la certeza de haber logrado algo que no es común.

Recuerdo cuando llegué por la mañana, con una amiga, y la gente estaba ya esperando. Ese saludar sin detenerse, pero agradeciendo que estuvieran allí, todas y cada una de esas personas dieron sentido a ese día.

Hubo cuatro ponencias. Tuve el privilegio de compartir cartel con Toni Nadal, Mar Romera y el Juez Calatayud. En realidad fueron cinco ponencias, contando con la presentación genial que hizo Cristina, que fue en sí misma una ponencia, con aquella carta que escribió y leyó. Además hubo un par de mesas de experiencias y una actuación musical de una orquesta infantil. En las cinco ponencias se dieron visiones muy diferentes de lo que significa educar. En varias cosas contrapuestas. Hubo aplausos para todo el mundo, porque cada cual se quedará con lo que quiera. Porque ésa es la clave: cada uno de nosotros elegimos una forma de integrar las vivencias, y desde ahí crecemos, y lo hacemos lo mejor que podemos.

IMG-20190921-WA0011Y cuando acabé llegó corriendo mi hijo a abrazarme. Se había colado en la sala junto con uno de sus amigos del alma y les dio para escuchar un rato al último ponente solo y así pudimos conversar por la tarde con él y sus amigos sobre lo que habían escuchado. Para que supieran y entendieran por qué era bueno que disintieran de lo escuchado.

Hablé aquel día sobre vivencias. Ésta fue mi vivencia. Y me siento infinitamente agradecida por ella. Es uno de esos regalos que me recuerdan el camino recorrido y su sentido.

Gracias a todas las personas que llenásteis aquella sala. Gracias por cada aplauso, por cada sonrisa. Gracias a todas las personas que lo hicisteis posible. Y gracias, Cristina. Sé que seguirás.

Pepa

 

2 comentarios a “Vivencias”

  1. Una vez más querida Pepa, mi más profunda gratitud por tu compartir.Un compartir que me lleva a sentir el latir de la vida en «lo vivo».
    «Lo vivo» en tu relato, pero especialmente en tu caminar cotidiano donde la alegría, la coherencia,la ternura, el coraje y la honestidad configuran tus vivencias y se llaman… PEPA.

  2. Hola Pepa! Me interesaría poder escuchar la conferencia. Está subida a youtube? o algúna otra plataforma?Gracias! Saludos desde Argentina.

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