Natalia y su poesía

16 enero 2013
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La vida es extraña, y a veces las palabras y las emociones no surgen en días, pero otras veces como esta semana llegan a borbotones.

Acabo de descubrir otro de esos blogs que me sale del alma difundir desde aquí. Algunos de los blogs a los que les he dedicado una entrada hasta ahora, como el de Principia Marsupia o el de Kurioso los incluí por la curiosidad e inteligencia que hallé en sus textos.

En el de hoy he encontrado poesía. Y magia. Y luz.

Empezando por su nombre: «Puntos suspendidos«.

Siguiendo por videos como éste, que para mí al menos es como una de esas grandes historias de amor de las películas ;-). Juzgad vosotros mismos:

Por no mencionar que ha sido encontrar un espacio donde están algunos de mis referentes literarios principales: Benedetti, Gonzalez, Gabo…Referentes no sólo de escritores, sino de vivencias.

Pero, sobre todo, reconozco que me han emocionado los poemas que hay en el blog y los textos para su padre. Ella habla de algo que nunca antes vi escrito y que para mí encierra una de las vivencias más radicales de mi vida: el azul de los cielos de las tardes de hospital. Ese azul encierra muchas cosas para mí.

Recuerdo mirar el cielo a través de la ventana del hospital, hace ya muchos años cuando estuve ingresada y pensar «la vida está ahí fuera, y yo aquí dentro, fuera de la vida, y yo quiero volver a ella». Tuve suerte porque volví.

Recuerdo escuchar la música de los violoncellos de Bach mientras aferraba la mano de mi madre, y años después la de mi padre, mientras ellos encontraban el camino a su otra vida. Y mirar por la ventana, y sentir el azul paralizado. Y salir a la calle y esa herida cruel de la vida que no se para cuando tu corazón sí lo ha hecho, y tu vida con él.

Recuerdo el azul del mar que vi al aterrizar en la isla donde uno de mis mejores amigos, una de esas almas gemelas que la vida te regala, luchaba por volver a la vida tras un ictus cerebral. El mismo ictus que a los pocos meses se llevó por delante a otro amigo mío con la misma edad, 28 años.

Nati habla de los ictus, y los hospitales, y la reconquista a dentelladas de la vida, y las sillas de ruedas y los teléfonos y las carreteras de ida y vuelta…y tanto y tanto y tanto…Cosas de la vida, la he leído el mismo día que he desayunado con ese amigo que venció la batalla y que sigue paladeando su segunda vida.

Pero no habla sólo de eso. Habla de Etiopía, de Palestina, del lenguaje sin palabras, del amor…

Lo más curioso es que Nati, la autora del blog, y yo trabajamos en la misma organización, en Save the Children, durante años. Ella sigue allí de hecho. Y hasta hace muy poco, hasta los milagros del twiter 😉 yo sólo conocía de ella su trabajo y unas cuantas sonrisas cómplices. ¡Cuánto pasillo desaprovechado!

Espero que leer «Puntos suspendidos» os regale una mínima parte de lo que me han dado a mí estas horas devorando sus textos. He entrado a ver una de sus entradas y ya no he podido soltar el blog hasta leerlas todas.

Gracias de corazón, Nati.
Pepa

2 comentarios a “Natalia y su poesía”

  1. hoy he vuelto a leer todas esas palabras que me envías y me han emocionado mucho. Muchas gracias Pepa 🙂

  2. Gracias a ti, Nati, por generarlas en mí.
    Abrazos,
    Pepa

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