La poesía que esconde también la vida

9 junio 2013
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La poesia ha sido una de las constantes en mi vida. La trajo mi padre en forma de paredes llenas de libros, la trajo mi madre en forma de historias y poetas alemanes e ingleses, la trajeron algunos de esos primeros amigos, esos que te desmadejan para luego rehacerte de nuevo…

Para mí es un lenguaje propio. Y aunque no siempre la cultive con el ahínco necesario, siempre vuelve, cuando menos la espero, cuando menos la pienso.

Este fin de semana hemos estado en Zaragoza, con nuestras familias. Ha sido un fin de semana disfrutado, paladeado con menos prisa que otros. Tuvimos hasta un arco iris maravilloso, porque el sol se empeñaba en salir a ratitos entre lluvia y lluvia. Lo ha hecho hasta el último momento en que ha salido para que José pudiera perseguir grillos y mariposas en el huerto de ese paraíso de lugar. Una finca creada por el amor de una pareja, ahora ya anciana, pero cuyo amor sigue alimentando a cuatro generaciones de su familia.

El sábado por la noche, de la mano de mi hermano, acabamos también en algo que era pura poesía: un cine al aire libre para niños en la plaza de uno de los barrios más marginales de la ciudad. Una plaza y un barrio que un grupo de locos poetas intenta recuperar para la gente, para la vida y para la esperanza.

Así que ahí se van, y después de pasar todo el año llevando a niños de cinco años al cine una vez al mes a ver pelis antiguas que antes les explican en forma de teatro, al final del curso se van a ese barrio, a esa plaza, y les organizan juegos por todo el lugar y luego les ponen un par de pelis de el gordo y el flaco.

Y entonces escuchas en la noche abierta, que ha concedido la tregua de dejar de llover apenas una hora antes, las risas de decenas de niños y niñas y de mayores. Y miras esas imágenes, y recuerdas tu niñez, y lo poco que entonces te gustaban esas pelis y lo mucho que ahora te conmueven. Pura poesía. El proyecto se llama La Linterna Mágica, está además de en Zaragoza en muchos otros lugares del mundo y para quien quiera saber más, porque lo merece de veras, está en esta web.

Pero eso no es todo. Antes, por indicación también del poeta de mi hermano, me metí en una librería de esas que también son pura poesía. Y, como no podía ser de otro modo, salí con dos libros, a falta de uno. Atención a los libros. Del primero, pongo directamente el enlace de la venta, porque de su autor, Jimmmy Liao, ya he hablado en el blog de espirales, y me parece uno de esos poetas indescriptibles, que escriben maravillosos cuentos ilustrados para niños y mayores. Así que vaya mi recomendación después de leerlo mano a mano con mi hijo esta noche. Se llama «Abrazos«.

Y el segundo…de nuevo una de esas espirales de mi vida. Martí i Pol. Uno de los grandes poetas catalanes que se empeña en aparecer y reaparecer en mi vida en momentos clave. Y siempre de forma inesperada.

Así que esta noche voy a copiar dos de sus poemas de esta antología que me compré. Para que empecéis con poesía vuestra semana. Y porque para mí, en estos momentos de mi vida, están más llenos de significado que nunca.

Dicen así (copio la traducción en castellano):

POR MÁS VIDA
Dices la belleza y todo se ilumina.

Deja que el tiempo fluya lentamente
entre el paisaje y tú
y que el silencio ponga acentos
de leve melancolía en cada cosa.
La blanda quietud que te rodea poco a poco
acoge aquel misterio
que te une a todo y a todo te incita.

No pienses jamás que es tarde, ni hagas preguntas.
Ahógate de horizontes.
Agotado,
en cada gesto te sentirás renacer.

(De Las Claras Palabras, 1979)

AHORA MISMO

Y estamos donde estamos, más vale saberlo y decirlo
y asentar los pies en la tierra y proclamarnos
herederos de un tiempo de dudas y de renuncias
en que los ruidos ahogan las palabras
y con muchos espejos medio enmascaramos la vida.
De nada nos vale la añoranza o la queja,
ni el toque de displicente melancolía
que no ponemos por jersey o corbata
cuando salimos a la calle. Tenemos apenas
lo que tenemos y basta: el espacio de historia
concreta que nos corresponde, y un minúsculo
territorio para vivirla. Pongámonos
de pie otra vez y que se sienta
la voz de todos solemne y claramente.
Gritemos quienes somos y que todos lo oigan.
Y al acabar, que cada uno se vista
como buenamente le apetezca y ¡adelante!
que todo está por hacer y todo es posible.
(De El ámbito de todos los ámbitos, 1980)

Os deseo una semana llena de poesía,
Pepa

Un comentario a “La poesía que esconde también la vida”

  1. Pues mira, hoy voy a ir con Olivia a comprar poesía. Con esta entrada me has recordado lo importante que también ha sido la poesía en mi vida; cómo me llegó, cómo ha evolucionado conmigo y me hizo evolucionar, y ahora, cómo la he abandonado por falta de tiempo… injustificable; totalmente inaceptable.
    Gracias Pepa por apretarme este botón que tenía en stand-by.
    ¡Un millón de besos!,
    Noemí.

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