Un año

18 agosto 2024

El tiempo es la medida de la vida. Por eso nunca es el mismo. En el amor se hace breve, en el silencio, largo, en la huida, fugaz. No digo nada nuevo, lo escribieron muchos poetas y mejor antes que yo.

Pero hay tiempos que no están en los poemas. Al menos no siempre. Al menos no de forma explícita. El tiempo de quien trata de no soltar el hilo, de quien busca consolar el dolor y sanar la herida, de quien ruega por perdonar y ser perdonado.

Hace falta una mano a la que aferrarse que haga más fácil el camino y el tiempo se hace más breve cuando la herida está sanada. Entonces ser generoso parece obvio, pero sana el alma.

Hace falta recordar lo vivido, pasarlo de nuevo por el corazón, para ver la luz en la espesura.

Hace falta un abrazo dado en silencio y sin exigencias, una serie de pequeños pasos dados con la consciencia que sólo surge del amor. Hace falta mucha terapia, mucha, mucha terapia de la de dentro de consulta y de la de las comidas, cafés y conversaciones refugio. Hace falta confiar.

Y aún así a veces tiemblas. Y temes haberte equivocado, llegar tarde, que tu amor no sea suficiente. Y vuelves a confiar. Y un año después recuerdas por qué.

No siempre ocurre. Cuando pasa, parece magia. Pero es todo menos eso. Son las manos aferradas, el consuelo, el amor, las nuevas oportunidades.

Y saber que sólo es un paso. Que quedan muchos otros. Pero está tejido de esperanza. Y llega en un momento que también te sana a ti.

Pepa

Un comentario a “Un año”

  1. Tu tesón y tu esperanza lograrán llegar al final con éxito, soltando confianza y agarrando la sorpresa, el estupor. Tu palabra siempre ha sido « confía » y te va bien.

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