Masajear los enfados

10 febrero 2013
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Hoy mi hijo ha dormido una siesta de casi dos horas en mis brazos. Hacía tiempo que no ocurría, ya tiene seis años y se me sube encima para consolarse, para las cosquillas, para abrazarnos, para bailar, cuando vuelvo de viaje, cuando tiene miedo…pero no para dormir.

Y es que sigue batallando con los deberes. Lo está luchando, y mucho. Él estaba acostumbrado a que todo salía fácil y rápido y ahora se encuentra haciendo fichas, fichas y fichas. Fichas que no le motivan, que no entiende y que le cuestan.

Él lo ha dicho hoy. Estaba haciendo una ficha (otra más, de hecho la sexta que tenía para este fin de semana) en la que tenía que escribir un cartel anunciando una tienda que iba a abrir y en la que sería especialista en algo. No lo ha dudado, «Soy especialista en animales. Y en saltar» (pero al final ha decidido abrir una tienda de peonzas, a la que ha llamado «La peoncera»).

Así que hoy en un momento se ha bloqueado y la conversación ha sido algo parecido a esto:
-¡No quiero hacer la ficha! ¡no la voy a hacer!
-Estás enfadado, verdad?
-¡Sí! (de espaldas)
-¿Y crees que podríamos hacer algo con tu enfado? ¿Crees que si le doy un masaje a tu enfado se pasará?

Así que ya veis, las cosas que hace una como madre: dar masajes a los enfados. Le he hablado a su enfado, diciéndole que le entendía, que a veces las cosas eran difíciles pero que necesitaba que se fuera para que José aprendiera un montón de cosas bonitas.. mientras le masajeaba la espalda. Cuando me he dado cuenta, José dormía en mis brazos.

Dos horas después se ha levantado y en diez minutos ha acabado sus deberes.

Y mientras lo sentía respirar en mis brazos pensaba infinidad de cosas. Pensaba lo rápido que pasa el tiempo, y los pocos ratos que me quedan de tenerlo dormido en brazos ya. Pensaba qué pena no tener como adulta alguien que te masajee tus enfados. Y qué pena también no ser capaz de ser siempre una madre masajeadora: cuántas veces se lleva gritos en vez de caricias, se las llevan su enfado y el mío, su impotencia y la mía.

Pero al menos hoy no. Hoy me llevo su cara…su cara al despertar…
Pepa

17 comentarios a “Masajear los enfados”

  1. Precioso! Es verdad lo rápido que pasa el tiempo. Grandes enseñanzas Pepa.

  2. Es lo mas bonito que había leído en mucho tiempo. Tengo 2 hijos ,14 y 10 años. El mayor,como decirlo, muy espabilado ,el pequeño al que le cuesta un mundo la escuela.
    Por eso me recuerdas a menudo a mi misma.
    Solo darte las gracias.
    Me hubiera gustado tener una madre como tu y ser una madre como tu.
    Mayte

  3. Elsa, el tiempo no pasa, vuela!
    Uff, Mayte, me has dejado sin palabras. Gracias!
    Sabes, Make? Tengo la sensación (cada día más certeza) de que es verdad eso que dicen de que los hijos eligen a los padres y los padres a los hijos. Mi suerte con José ha sido infinita. Nunca pensé que podría aprender y transformarme tanto y por mucho que vivamos, él no sabrá todas las cosas que le agradezco.
    Isabel, pero si tú das unos masajes maravillosos! 🙂
    Y Juani, consuegra, odio las fichas de sumas y restas. Cordialmente, pero las odio! 😉
    Gracias de corazón,
    Pepa

  4. Qué suerte tiene ese niño contigo y qué suerte tienes tú con él. Formais una pareja perfecta. Creo que si la vida al final nos da un resumen, esa imagen con tu niño en brazos masajeando su enfado se hará grande y con destellos de plata al final del camino. Me apunto la idea de masajear enfados e incluso de automasajear los mios para que se diluyan ; )

  5. Tu creatividad para solucionar problemas me deja siempre maravillada, Pepa. ¡Masajear los enfados! Me encanta y la voy a poner en práctica la próxima vez para mi misma masajeando a mi niña interior para que se tranquilice cuando coja una rabieta. Gracias por compartir tu sabiduría y un abrazo fuerte.

  6. Batallando con los deberes, y lo que le queda.
    Hoy yo todavía aprendo de cosas que no entiendo …. y me maravilla la capacidad que tienen ellos para adaptarse y envolver todos los nuevos conocimientos que les están ofreciendo y me quedo con la cara de felicidad de mi pequeña costilla, cuando de la hoja de 30 sumas y restas, le corrijo que solo tiene tres mal «es que soy «excelent» mamá, y ésto está chupao»
    Gracias por compartir experiencia.

  7. Yo también odio esas fichas del sistema educativo español! Quién los inventó? Para qué sirven?

    Mi hijo tiene casi 4 años y está haciendo fichas desde los 2 años, y ya está harto, cuántos le quedarán por delante?

    Donde está el juego libre? Dondé están las ganas por aprender?

    Ánimo a los dos, ya encontraréis alguna alternativa, igual que nosotros.

    Besos

  8. Hola Pepa:

    Primera vez que entro en tu blog, muy interesante. Soy supuestamente una «educadora infantil», para 0-3 años (o eso pone en el papelito que me entregaron al finalizar el ciclo de Formación Profesional) que intenta descubrir que es eso de educar y como ser una buena educadora, en el sentido mas amplio de la palabra (estoy cursando primero de Grado en Pedagogía en la UNED).

    Respecto a este post, yo tampoco le encuentro sentido a las fichas, y eso que en la «guarde» donde trabajo (que no hay nada que suene peor: «guardería»: lugar donde se guardan niños/as) tengo que hacer un montón, muy a mi pesar (este año conté sobre 100 fichas para niños de 2 años!!! una auténtica locura…) Y como dice Maria: «Donde está el juego libre?? Dónde están las ganas por aprender (o descubrir, investigar, manipular, compartir, disfrutar…)

    En fin, yo por mi experiencia y por lo que veo, leo o cuentan… hay muchas cosas del sistema que tenemos de educación que no tienen sentido… Estamos educando o adotrinando?? Donde quedan las cosas importante de la vida?? De que me sirve saber de matemáticas, geografía, lengua… si no sé empatizar o cooperar con el compañero/a?? Saber cosas es importante, pero y los sentimientos?? Ya no sé que pensar… Sólo espero estudiar y aprender mucho mucho para algún día aportar mi granito de arena para mejorar todo esto. De momento no me gusta lo que hago o lo que tengo que hacer. Sé que no me gustan las guarderías, los niños/as tan pequeños tienen que estar con sus familias, con mamá y papá (aunque puedan compartir actividades con otras personas). Quiero cambiar mi forma de trabajar.

    Agradezco que exista gente como tú para aprender más cada día. Gracias 🙂

    P.D.: Te descubrí porque estoy leyendo un libro tuyo: «Educando el afecto». Desde que empecé a leerlo, achucho aún más a mis niños y a mis niñas (y me da igual la cara que me pongan mis compañeras de trabajo). No son mis hijos/as, ni yo su madre, puede que alguien piense que solo es «trabajo», pero los/as quiero un montonazo!!! 😉

  9. Maria, que te voy a decir que no sepas ya…;-) sí, que tus hijos tienen suerte de tenerte.
    Silvia, qué bueno que haya gente como tú en las escuelas y lo de los achuchones es uno de los mejores piropos que me han dicho sobre «Educando el afecto», la verdad es que ese libro para mí es muy especial y creo que encontrá un camino para explicar lo que significan los vínculos en la educación y la crianza. Al menos eso creo 😉
    Gracias a las dos!
    Pepa

  10. Cuántos enfados generan las dichosas fichas!!!!…y el problema es que nos dejamos arrastrar y metemos como en un embudo en este sistema a nuestros pequeños…o al menos yo me he sentido arrastrada.
    Pepa, me encanta la idea de masajear esos enfados, que manera tan bonita de aprender a tolerar la frustración, verdad???
    …Compartir un momento del «cole» entrañable, que cada vez que lo recuerdo se me abre el alma… fue con un pequeño, en este curso escolar, al preguntarle…
    – Miguel que tal el cole?
    – Muy bien, contestó Miguel
    – Y la profe?, es nueva?
    – Si, y muy buena… he tenido mucha suerte!!
    – Es buena???
    – Si, si… te da siempre una oportunidad.
    – Que bien Miguel, que te deje intentarlo otra vez.
    – Es buena porque no le ha importado que lo haya hecho mal.

    …que suerte que Miguel recogió esta esencia…
    Mila

  11. Si pudiéramos masajear nuestros enfados como adultos, qué maravilla ¿verdad?
    Gracias por compartirlo y por tu apertura a la hora de querer a Jose. Si te hubieses ofuscado en que hiciese la ficha el resultado habría sido muy desalentador para los dos y seguramente os habríais acabado tirando de los pelos.
    Disfruta de que se quede dormido en tus brazos y se despierte relajado y animado para hacer.
    He recomendado a un paciente, padre de familia que además es profesor, dos de tus libros para combinarlo con la terapia: Educando el afecto y Mapa del mundo afectivo que son muy muy recomendables y claros.

  12. Qué maravilloso ejemplo!! Soy psicopedagoga y estoy justamente escribiendo acerca de la agresividad en las familias y en las escuelas y entré en tu blog que es muy completo e interesante!! quisiera pedirte si me permites transcribir tu ejemplo de masajear el enfado, obviamente diciendo que es de tu autoría.Te escribo desde Argentina y agradezco haberte «encontrado» Un abrazo desde»el fin del mundo»!
    Elvira

  13. Querida Elvira,
    El fin del mundo y uno de mis rincones del alma. Hay pocos lugares que lleve tan dentro de mí como Argentina. Por supuesto que puedes usarlo. Todo lo que cuento en el blog es para ser compartido, así que adelante! y gracias a ti!
    Pepa

  14. Hola Pepa. He sido alumna tuya hace cosa de un mes en un taller sobre violencia infantil y hoy he decidido buscar información sobre ti, ya que me encantó escucharte. Y ahora leerte.
    Pero lo que me ha llevado a escribirte ha sido el masaje a los enfados y que tu hijo se haya quedado dormido mientras hablabas con su enfado.
    Como maestra infantil (en desacuerdo totalmente con la metodología de las fichas para niños menores de 7 años), admiro la sensibilidad que tienes y quería compartir mi opinión al respecto contigo. Esa sensibilidad que percibí mientras hablabas durante el taller en clase sobre tu experiencia con el tema que estábamos tratando y la que ahora percibo en la relación con tu hijo, es la que considero que muchos deberíamos tener y demostrar en nuestra vida cotidiana.
    También, por si te interesa, decirte que a mi y a todos mis compañeros nos calaste hondo, pues tu nombre y tus palabras siguen saliendo a relucir en otros talleres.
    Gracias Pepa. Te admiro. Y a tu hijo también, pues demuestra ser un valiente (y por lo que leo parece que sabe escuchar, que eso es muy importante).
    Seguiré leyéndote con la piel de gallina como hasta ahora.

    Un saludo Pepa.

    Marta

  15. Querida Marta,

    No te imaginas lo que supone volver de un fin de semana, conectarse a la web y encontrar un mensaje como el tuyo. Gracias de corazón. Sentir el eco de lo que soy y de lo que hago en el corazón de otras personas es uno de los mayores privilegios que tengo en la vida, así que gracias por contármelo y por conmoverme tanto 😉
    Un abrazo,
    Pepa

  16. Hola Pepa, no se si te acordaras, soy la que te acompañó al aeropuerto desde la UIB en Palma, cuando viniste a las Jornadas de Educació Conscient, Educació Coherent.
    Te escribo, por que este años, como tutora de un primero de primaria me encuentro con un niño extremadamente agresivo, nunca había visto nada así, es como si no se diera cuenta de lo que hace, pierde el control totalmente. Yo estoy, literalmente, desesperada, ya que los otros niños no quieren venir al cole por la agresividad de este nene.
    Me gustaría que me recomendaras cuál de los libros que has escrito sobre agresividad o maltrato me podría ayudar a ayudar a este niño.
    Muchas gracias

  17. Querida Silvia,
    Me acuerdo de ti perfectamente. Me temo que lo que cuentas no se arregla con un libro sino que requiere una intervención especializada. Si quieres escribeme al mail pepa@espiralesci.es y vemos cómo puedo ayudarte. De todos modos, si quieres empieza por leer «Amor y violencia, la dimensión afectiva del maltrato» de la editorial Descleé.
    Un abrazo, ánimo y hablamos,
    Pepa

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